ÁRBOL DE NAVIDAD
Tardamos dos semanas armándolo y decorándolo, era un árbol como cualquier otro a simple vista, un pino verde sintético, no tenía luces, pero siempre brillaba, yo quería que fuera diferente a todos los demás, así que no quería aquella tradicional en la cima ni bolas navideñas o copos de nieve, en su lugar quería adornar nuestro árbol con cartas.
En casa estábamos mamá, papá, la abuela, el abuelo, la tía y su esposo, el tío y la novia de turno, y yo, la única niña del hogar; así que les propuse escribirnos cartas, cada persona escribiría 8 cartas, de tal manera que cada quien recibiera 8 de regreso, para un total de 72 cartas, les confieso que era el árbol más hermoso de todo el universo.
El 24 de diciembre a la media noche retiramos todas las cartas del árbol, con la ayuda de una escalera de más de 6 metros, por supuesto.
Al tomar todas las cartas, las repartimos y cada quien leyó las suyas en voz alta.
Papá era un hombre de pocas palabras, su carta parecía más un mensaje de texto, aunque corto, pero cargado de mucho amor.
A mamá nunca se le dio bien la ortografía, así que cada carta comenzaba con un gracioso: "Hola, me disculpan la horrografía", pero cada palabra tenía tanto amor, como las de papá, que sus errores pasaban desapercibidos.
La tía con su letra toda cursiva, elegante y magistral, con un toque muy profesional me dedicó las más bellas líneas con su respectivo tatequieto, el esposo, cual estudiante tramposo copió todas y cada una de las letras de ella, omitiendo únicamente el llamado de atención, ¡qué astuto!
La abuela nunca aprendió a escribir, así qué, mientras le decía todo lo que sentía a la tía, ella plasmaba cada emoción en sus letras, el posdata de cada carta de la abuela era un: "Y se toma toda la sopita", ¡era de esperarse!
El tío y su nueva novia, aun siendo poco expresivos lograron tocar una parte de mi corazón que creo estaba sin estrenar.
Pero la carta que acarició mi alma y la abrazó para nunca soltarla fue la del abuelo:
"A mi princesa:
No arrugues la cara por favor, sé que no te gusta que te llame princesa, porque crees que son débiles y necesitan de un príncipe para ser rescatadas.
Pero tú no eres de aquellas, tú eres MI PRINCESA GUERRERA, valiente y maravillosa, esa que cuando sonríe lo hace de verdad, que cuando llora le sale del alma y cuando da la mano entrega todo el corazón.
A veces podrías sentirte sola en este mundo, pero ten por seguro que no lo estás, alguien está siempre cuidándote, y nunca olvides, que tu felicidad es la recompensa de la felicidad que le das a otros.
Sé sencilla pero jamás dejes de ambicionar lo que deseas. ¡Sé feliz siempre!
Espero que agradezcas tu vida, y la fuente de donde nace, siempre recuerdo lo hermosa y graciosa que eres, y que estás aquí por un único propósito, sé que la vida puede ser difícil, es fácil perder la visión de lo que importa, pero sé que descubrirás cosas importantes en tu vida, recuerda al menos hacer una cosa todos los días que le dé propósito a tu existencia, espero que sepas que eres profundamente amada.
Gracias por ser una niña tan buena, desde pequeña estabas destinada a realizar cosas maravillosas, tus padres siempre supieron que tenías un espíritu especial, tienes el don de hacer que otras personas se sientan bien con ellas mismas.
A veces podrías sentirte sola en este mundo, pero ten por seguro que no lo estás, alguien está siempre cuidándote, y nunca olvides, que tu felicidad es la recompensa de la felicidad que le das a otros.
Sé sencilla pero jamás dejes de ambicionar lo que deseas. ¡Sé feliz siempre!
Un día yo ya no voy a estar, pero al siguiente me vas a sentir y día tras día voy a permanecer en el tiempo, siempre que tú me ames.
Cuando terminé de leer todas mis cartas mis ojos lentamente se posaron en la cima de aquel árbol y ahí estaba el adorno que faltaba, sus alas eran enormes y azules como el cielo, era mi mariposa, iluminaba todo alrededor.
Al despertar había vuelto a mi realidad, la casa estaba vacía, el abuelo no estaba, no había Árbol de Navidad, tampoco habían cartas, tal vez eran mis ganas de sentirlo una vez más.
Profundo, triste, emocionante y educativo, es increíble a veces como las ganas, el deseo de ver a nuestros seres queridos de nuevo nos hacen soñar y formar recierdos.
ResponderEliminarTocas fibras al escribir. Chevere.