CUATRO AÑOS DESPUÉS...

Era 10 de agosto de 2010, aunque sin recordarlo con exactitud, cree este blog, eso confirma mi creencia de que la palabra escrita vale mucho más de lo que aparenta, tal vez por eso me gusta tanto, porque cuando hablas, la mayoría de las veces tus palabras se las lleva el viento, en cambio, cuando escribes (según yo) perduran para siempre, aunque se queme el papel o la lluvia lo moje, no importa, escritas quedarán eternamente.

Hoy 13 de abril de 2014, siendo las 10:20 p. m., me dieron muchas ganas de escribir, como para variar; quise encontrar un espacio para mí, para ser más libre de lo que me creo, porque estoy segura que no lo soy del todo, entonces decidí crear un blog para escribir a la hora que se me antojara sin incomodar a nadie y que lea quien quiera leer, no que lo hagan por obligación o por que les tocó, como cuando lees un estado en el inicio de facebook, es mejor cada cosa en su espacio.

Para crear el blog necesitaba mi cuenta de gmail y al registrarla me encontré con la sorpresa de que hace cuatro años ya lo tenía creado con la fecha citada en el primer párrafo, realmente no lo recordaba y aún no lo recuerdo, lo sé porque lo leí, además, no tenía ninguna publicación hasta hoy, esta es la primera vez que escribo algo aquí, cuatro años después...

Aunque más que sorprenderme, me emociona mucho saber que la idea de crear un espacio donde pudiera ser yo misma sin límites ni condiciones, data desde hace mucho, eso me hace sentir muy orgullosa de mí, para esa época yo contaba con tan solo 17 años, en ese entonces mi imaginación era un poco más reducida, ya que tanto el título que le puse en esa fecha, como la descripción de este blog era totalmente diferente de lo que es hoy, y por razones que sobran escribirlas aquí preferí modificarlos por completo, es mejor dejar eso allá en el 2010, ya no cabe acá, se quedó sin espacio.

Desde muy pequeña le tomé mucho amor al lenguaje escrito, soy amante a todo lo referente a la caligrafía, ortografía, gramática, lecturas, redacción, etcétera.

Comencé escribiendo canciones, haciendo dibujos (por cierto, no quedé satisfecha con ninguno) escribiendo cartas, muchas cartas y todavía las escribo, amo las cartas. Siempre me regalaban muchos diarios y libros, así que siempre tenía ideas en la cabeza y por supuesto, lápiz y papel a la mano, cosa que nunca me ha podido faltar, le escribo cartas a Diosito, a mi Abuelo, a mi Tía y a mi Madre (orden jerárquico) le escribo a la vida, al sol, a la luna (Sobre todo a la Luna), a las estrellas, al agua, a los arboles, a las mariposas y a los pájaros. Se preguntarán ¿Y al amor? Al amor no le escribo constantemente, porque el amor se transforma, el amor nunca es el mismo, al amor le escribo únicamente cuando lo vivo, (y creo que lo he vivido una sola vez, ahora) cuando no, no lo hago, tal vez por eso antes no lo hacía, pero algo que si hago siempre es escribir con amor, que es muy distinto que escribirle al amor, escribo con amor porque me sale de lo más profundo, es como si mis manos y mis dedos conocieran de memoria las letras del abecedario y todas las palabras que se conforman a través de él, con tanto amor escribo que en ocasiones no me da tiempo de pensar y al momento leer me pregunto ¡Mierda! ¿Yo escribí eso? y resulta que sí, fui yo.

Me gusta escribir, no sé si lo hago bien o lo hago mal, pero me apasiona.
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Anyer Lorena Mosquera Sánchez, Abogada
Especialista en Derechos Humanos, con enfoque de género
Vocera de Feminismo Artesanal

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